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La insensibilidad y el oportunismo político tienen nombre: Arq Mario Urbina, Yeimi Yazmín Aguilar Cifuentes Rubén Zuarth
PRI de San Cristóbal tira a la basura la esperanza de niñas y niños con cáncer
Lo que ocurrió en San Cristóbal de Las Casas no puede llamarse malentendido ni omisión. Es una acción deliberada, con nombres y apellidos: Mario Luis Urbina Trujillo, presidente municipal del PRI; Yeimi Yazmín Aguilar Cifuentes, exdiputada local; y Rubén Zuarth Esquinca, presidente estatal del partido. Todos ellos responsables de una decisión vergonzosa, cruel y mezquina: tirar a la basura más de 20 costales de tapitas plásticas recolectadas por la asociación civil Tapitas por Vida, cuya causa es apoyar tratamientos para niñas y niños con cáncer.
Estas tapitas no eran “basura”, como se atrevió a decir Mario Urbina. Eran símbolo de esperanza, de comunidad, de empatía. Eran meses de trabajo voluntario, recolectadas una a una por personas que no pedían nada a cambio, solo contribuir a una causa noble.
Desde mayo de 2024, gracias a la voluntad solidaria de la regidora María José Velasco, se contaba con un espacio en la bodega del PRI para resguardarlas, sin fines partidistas, sin uso político. Sin embargo, el 12 de mayo, personal del PRI informó que las tapitas ya no estaban ahí. Habían sido tiradas por órdenes de Yeimi Aguilar porque “estorbaban”.
Como si eso no fuera suficiente, el presidente estatal del PRI, Rubén Zuarth Esquinca, y Mario Urbina justificaron su postura alegando que la directora de Tapitas por Vida no debía ser apoyada por haber sido candidata suplente de Movimiento Ciudadano en el pasado proceso electoral. Es decir, porque tuvo otra filiación política, se le negó el apoyo a una causa humanitaria.
¿De verdad alguien puede creer que en pleno 2025 se sigan tomando decisiones con base en colores de partidos, incluso cuando hay vidas de niñas y niños en juego?
Este no es solo un acto de insensibilidad. Es un acto de mezquindad política, de revanchismo vulgar y de uso del poder para castigar, no para servir. Es la confirmación de que al PRI en Chiapas le importan más las rencillas electorales que las causas sociales. ¿Así pretenden recuperar la confianza de la gente?
Rubén Zuart, Mario Urbina y Yeimi Aguilar deben responder públicamente. Deben explicar por qué un tema de salud infantil fue convertido en un botín político. Deben pedir disculpas, no solo a la asociación, sino a las niñas y niños que hoy enfrentan una batalla diaria contra el cáncer y que fueron tratados como daño colateral.
La ciudadanía ya no está dispuesta a tolerar esta clase de abusos. La elección ya pasó. Las necesidades siguen. La solidaridad no se tira. La empatía no se condiciona.
Hoy, la sociedad toma nota. Y no olvida.
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