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¡REGRESARON 32 AÑOS DESPUÉS!, HUYERON DE SUS CASAS POR PREDICAR LA PALABRA DE DIOS
Patsanul, Chamula, Chiapas, en 1993. Una pequeña comunidad tsotsil de Chamula, en una de las partes más altas, a dos kilómetros cerca de Yaalhtén, se vio en la necesidad de huir ante las expulsiones que se dieron durante ese año en más de 20 comunidades del municipio; uno de los años que quedaron para la historia. La violencia se desató en contra de los que profesaban una religión distinta a la tradicional. Con fecha 6 de septiembre de 1993, 587 evangélicos fueron expulsados del municipio. No todos salieron para San Cristóbal; otros se fueron a otras regiones: a Tuxtla, a Tierra Caliente, al Soconusco.
Fue el caso de dos jóvenes de nombre Reynaldo, de 24 años, y Manuel, de 19. El primero bajaba a trabajar a Tuxtla; ahí conoció la Palabra de Di-s con la iglesia Solo Cristo Salva, del pastor en ese entonces Jesús Castelazo Sánchez. Al conocer el evangelio en 1982, empezó solo a predicar en su comunidad de Patsanul. Fue hasta noviembre de 1993 cuando las autoridades municipales fueron notificadas de que en esa comunidad enclavada en la montaña del territorio Chamula se celebraban cultos cristianos evangélicos, por eso no sólo Reynaldo, sino varias familias que vivían en esa pequeña comunidad, fueron señaladas. Habían construido uno de los primeros templos en Chamula, pues hasta ese momento no se había registrado la presencia de un templo no católico en el municipio.
Oficialmente, se tiene el dato de que el primer templo evangélico en Chamula se construyó de madera en la comunidad de Cuchulumtic, y el primer templo evangélico de material se edificó en la comunidad de Arvenza II, hoy conocida como Laguna Azul. Este pequeño templo de madera se realizó en la comunidad de Patsanul. Cuando fueron descubiertos en 1993, ya llevaban como seis años celebrando cultos; se calcula que fue en 1987 cuando edificaron este templo de Solo Cristo Salva en esa comunidad del municipio de Chamula.
Todas las familias que vivían en esa comunidad tuvieron que huir al ver llegar a las autoridades chamulas y a mucha gente que, disparando sus armas, pretendía matarlos. Huyeron todos, dejando sus pertenencias y todo lo que tenían en sus casas; ya no recuperaron nada, pero salvaron sus vidas. El joven Manuel se vio en la necesidad de buscar trabajo en San Cristóbal, donde por siete años vendió chicles en el parque central. Se refugiaron en la comunidad de Yaalhtén, Chamula, dejando todos sus terrenos, sus casas.
Por eso, hoy, ante la nueva realidad en el municipio de Chamula, donde ya se respeta la libertad de credo y la diversidad religiosa goza de ese derecho, donde las autoridades municipales han garantizado el respeto a las creencias, el 9 de mayo del año 2025, a 32 años de distancia, Manuel y Reynaldo regresan con toda su familia a su amada comunidad de Patsanul.
La comunidad desapareció, pero hoy quedaron las evidencias: las casas de barro y techos de madera. Donde quedó el templo, con los años se convirtió en un lugar lleno de árboles, hermosos robles. Regresan 32 años después. Resurge Patsanul. Todos a empezar nuevamente desde cero. Pero quedó una gran historia de hombres y mujeres de fe inquebrantable. Admirable la fe del pueblo chamula. Tal como dice la Escritura: “Sembraron con lágrimas, ahora regresan con alegría, con frutos, con sus cosechas.”
Al recorrer el camino, aquellos humildes hombres de fe que pasaron tiempos vendiendo chicles en el parque de San Cristóbal se han convertido en mis héroes de la fe. Ahora regresan a sembrar su maíz, a comer un rico caldo de gallina de rancho, entre sonrisas, alegrías, con sus camionetas, ¡ya no andan a pie!. Se encuentran las casitas de barro como testimonio de un pueblo que desapareció por la persecución religiosa, pero que hoy resurge en bendición. Que Dios bendiga al pueblo chamula y lo siga llevando a la prosperidad.
Con información de: Esdras Alonso
