Con profunda tristeza e indignación, hacemos de conocimiento público una situación que vulnera directamente nuestra labor como asociación civil y, sobre todo, afecta a quienes son el centro de nuestra causa: niñas y niños con cáncer.
Desde mayo de 2024, gracias al apoyo personal de la regidora María José Velasco, habíamos contado con un espacio en la bodega del PRI en San Cristóbal de Las Casas para resguardar las tapitas recolectadas por nuestra red solidaria. Siempre dejamos claro que esta colaboración no tenía ningún vínculo partidista, y todos los agradecimientos fueron dirigidos a su persona, jamás al partido.
El pasado 1 de mayo se nos impidió el ingreso a la bodega por parte del presidente del PRI municipal, Mario Luis Urbina Trujillo, quien incluso calificó nuestras tapitas como “basura que daba mal aspecto”, obligándonos a retirar el material bajo la lluvia y pagar un flete para resguardarlas en otro lugar.
Lo más grave ocurrió días después, el 12 de mayo, cuando al intentar regresar las tapitas, nos informaron que por órdenes de la exdiputada Yeimi Yazmín Aguilar Cifuentes, más de 20 costales de tapitas habían sido tirados a la basura porque “estorbaban”. Esas tapitas no eran plástico: eran esperanza, eran esfuerzo, eran apoyo para tratamientos oncológicos infantiles.
Condenamos enérgicamente este acto de insensibilidad, falta de empatía y desprecio por una causa tan noble como lo es la lucha contra el cáncer infantil.
Exigimos una explicación pública de parte de quienes tomaron esta decisión y una disculpa no solo hacia nuestra organización, sino hacia las niñas y niños a quienes hoy les han arrebatado una posibilidad de ayuda.
En Tapitas por Vida seguiremos adelante, más fuertes, más unidos y con más corazón. Porque nuestra causa no se detiene. Pero no vamos a callar ni a normalizar este tipo de atropellos.
Gracias infinitas a quienes nos respaldan. Esta lucha es de todos.
La solidaridad no se tira.